(Bueno, primero que nada decir que ante tanta idea revoloteando en la cabeza hay que comprarse un sobre e ir echando papelitos hasta que se llene de una vez por todas y así sucesivamente. Esto con el fin de que no se vayan diluyendo las ideas y reflexiones. )
Según un kilo de reflexiones, en resumen,
Ahora bien; decir que:
Estos lugares, paisajes baldíos, que se intentan categorizar (evitando taxonomías cerradas) aparecen en la ciudad como anomalías ( según sus condiciones) y resultan atemporales y fuera de lugar.
Que la ciudad alcanza un nivel de complejidad muy alto producto de su inclemente desarrollo y debemos de alguna manera, pensar, como enfrentarnos a esta realidad cambiante y acelerada.
Que estos paisajes, que surgen por múltiples procesos (degeneración por abandono, exilio en procesos de reformulación, yuxtaposicion violenta por grandes infraestructuras, indefiniciones por conurbaciones, etc.) son nuevas oportunidades para nuevas perspectivas.
Que la incorporación de estas oportunidades al lenguaje arquitectónico desafía nuevas competencias.
Que el enfrentarse a este escenario nos obliga a adquirir un lenguaje no sólo técnico sino también económico y legal para incorporarnos responsablemente en las discusiones que suscitan cambios.
Que esta participación es urgente ya que la ciudad avanza con poca previsión por parte del privado y precaria planificación por parte del público (me refiero a instituciones, empresas, etc).
Que la ciudad esta avanzando en vías de un modelo económico y eso no es indiferente para nadie , pero la cosa es que ante esto debemos hacer valer nuestra opinión con argumentos concretos evitando los argumentos teóricos (son necesarios a la hora de compartir puntos de vista).
Que probablemente todo esto ocurra en algún momento. Espero que pronto, por mi parte.
Según un kilo de reflexiones, en resumen,
Ahora bien; decir que:
Estos lugares, paisajes baldíos, que se intentan categorizar (evitando taxonomías cerradas) aparecen en la ciudad como anomalías ( según sus condiciones) y resultan atemporales y fuera de lugar.
Que la ciudad alcanza un nivel de complejidad muy alto producto de su inclemente desarrollo y debemos de alguna manera, pensar, como enfrentarnos a esta realidad cambiante y acelerada.
Que estos paisajes, que surgen por múltiples procesos (degeneración por abandono, exilio en procesos de reformulación, yuxtaposicion violenta por grandes infraestructuras, indefiniciones por conurbaciones, etc.) son nuevas oportunidades para nuevas perspectivas.
Que la incorporación de estas oportunidades al lenguaje arquitectónico desafía nuevas competencias.
Que el enfrentarse a este escenario nos obliga a adquirir un lenguaje no sólo técnico sino también económico y legal para incorporarnos responsablemente en las discusiones que suscitan cambios.
Que esta participación es urgente ya que la ciudad avanza con poca previsión por parte del privado y precaria planificación por parte del público (me refiero a instituciones, empresas, etc).
Que la ciudad esta avanzando en vías de un modelo económico y eso no es indiferente para nadie , pero la cosa es que ante esto debemos hacer valer nuestra opinión con argumentos concretos evitando los argumentos teóricos (son necesarios a la hora de compartir puntos de vista).
Que probablemente todo esto ocurra en algún momento. Espero que pronto, por mi parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario